miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Qué es la infancia para nosotras?
Si vemos a los chicos como casi adultos nos perdemos un montón de cosas,
si nos quedamos en la ternura y tildamos cada una de sus opiniones como ocurrencias, nos perdemos un montón de cosas también: anulamos los tesoros de sus esfuerzos auténticos por entender el mundo. Explicaciones parciales: los cajeros automáticos te regalan plata, por ejemplo. ¿Recuerdan Agrandadytos? Un programa que se metía en la intimidad de las familias, que sin miedo daba la palabra a chicos que hablaban de todo, que lindo era Agrandadytos pero aún no alcanzaba: un programa que veían adultos, para reirse entre adultos. Cortaba ahí todas nuestras posibilidades de acercarnos con el corazón a la infancia, con un monólogo medio bobo de Dady Brieva.
Sabemos que los chicos son vulnerables, que necesitan protección, que nos exigen una respuesta. Una respuesta que a veces no viene de ningún lado, más que del compromiso de decir algo, de mostrar que estamos ahí para cuidarlos. Sabemos que, por eso, hay leyes que los protegen, que los perdonan, que los comprenden... y que es responsabilidad de los adultos, con más experiencia en el mundo de las leyes, hacerlas cumplir.
Pero también pienso que ahí, tampoco hay que quedarse. Un niño necesita protección pero no es ningún boludo, y así me imagino la educación del futuro: maestras que sean capaces de ver todo lo que están haciendo, historietas chiquitas en los márgenes de las hojas, visiones sobre el mundo, insultos geniales. Y que a esa fuerza de avalancha, le ofrezcan el lugar seguro y la mirada cariñosa, respetuosa, para que a su paso pueda hacer y decir (libritos de cartulina, aviones de papel, todo lo que piensa, todo lo que está aprendiendo). Y el compromiso de acompañar, de poner en el mundo -en la cartelera que ven los papás- las producciones de nuestros alumnos.
No solo por los chicos, digo, porque se lo merecen. Si no por todos los que desde que escuchamos a los chicos, que es como escuchar lo desconocido, recibir a los tsunamis, somos más felices. Y somos mejores.
Este blog buscará el corazón de los wachiturritos de la nueva era. Y compartir cosas con ustedes que vienen por ahí.

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